domingo, 29 de julio de 2007

Fast Food Nation


Fast food nation, dirigida por Richard Linklater y con actores tan conocidos como Greg Kinnear, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Catalina Sandino, Bruce Willis, e incluso Avril Lavigne. Nos cuenta como Don Henderson, un ejecutivo de una importante cadena de restaurantes de comida rápida, tiene que enfrentarse a una situación que le pondrá entre la espada y la pared. En un análisis hecho por unos estudiantes de la universidad, han aparecido en las hamburguesas que más beneficios dan a la empresa, las Big One, restos de excrementos. ¿Cómo han llegado hasta ahí? Para averiguarlo tendrá que viajar a Colorado, donde se encuentra la fábrica de donde sale la carne.

“Primera regla del márketing: no mates a tus clientes. Sino, no podrán repetir”.

En este matadero, le enseñarán la parte más visible: unas buenas máquinas, higiene, uniformes y todo muy limpio. Pero tras entrevistarse con varias personas, descubrirá que le han ocultado el lado más oscuro: el matadero.

Los empleados son mexicanos sin papeles a los que tratan como esclavos. Especialmente sugerente es la imagen en la que, en el momento en el que se va a desmayar una de ellas, sale un primer plano de la carne cayendo de la cinta: una buena comparación de los empleados con trozos de carne. Las cintas van a tanta velocidad, que muchas veces se manchan con excrementos y no les da tiempo a limpiarlo. Y, por supuesto, la seguridad laboral es tan mala, que es bastante habitual que algún empleado se corte o, como el caso de uno de ellos, se ampute una pierna.

Por otro lado está Amber, una joven estudiante de instituto que trabaja en uno de los restaurantes de comida rápida para poder ayudar a su madre con los gastos y ahorrar para ir a la universidad. Serán su tío y un grupo de universitarios comprometidos los que le hagan ver que tiene que actuar conforme a sus principios y dejar ese empleo.

Durante su investigación, Don Henderson se dará cuenta de todas las injusticias que rodean a su empresa y será entonces cuando tenga que tomar una decisión. Pelear para que eso cambie, jugándose su puesto de trabajo, o callar y seguir adelante (“Un gran número de muertes son provocadas por accidentes de tráfico y no por ello dejamos de fabricar coches” “Todos comemos mierda alguna vez”).

Una buena película, que te muestra muy bien todo lo que rodea a la fabricación de la comida rápida. Aconsejo cenar antes de verla, porque algunas imágenes, especialmente la brutal forma de matar a las vacas, quita el apetito a cualquiera y provoca que te hagas vegetariano, al menos durante una temporada hasta que olvides tan macabra imagen.

miércoles, 25 de julio de 2007

Paris Je t'aime

Hermoso ¿verdad?


sábado, 21 de julio de 2007

Donnie Darko

“Y si pudieras volver atrás en el tiempo ¿no cogerías todas las horas de dolor y tristeza y las cambiarías por algo mejor?”

Donnie Darko, dirigida por Richard Kelly y protagonizada por Jacke Gyllenhaal, es una película con múltiples interpretaciones.

Para empezar, se puede interpretar desde el principio que Donnie realmente es un enfermo con Psicosis Paranoide y que todo lo que sucede es producto de su cabeza desequilibrada. Pero esa es una interpretación demasiado simple. Me parece mucho más interesante ir más allá, buscarle un sentido a todo lo que sucede.

A partir de ahora es cuando voy a destripar la película. En este caso es inevitable. Así que recomiendo no leerlo hasta haberla visto.

La película parte de la idea de que nuestra vida está predestinada, ya está escrita. ¿Podemos cambiar ese destino? Solo viajando en el tiempo podríamos burlarlo y cambiarlo.

“-Para viajar hacia atrás en el tiempo haría falta algo que pueda desplazarse a más velocidad que la luz.
-Teóricamente.
-Y localizar un agujero de gusano, por supuesto.
-Eso es lo básico para viajar en el tiempo. Necesitas un vehículo y un portal. Podría ser cualquier cosa, lo más probable una nave espacial, cualquier nave de metal.”

Frank, el conejo gigante, logra viajar del futuro al pasado para advertir a Donnie de lo que va a suceder y así poder cambiarlo. Sin embargo, los destinos están escritos y todo lo que Donnie hace para intentar cambiarlo, no hará sino provocar el terrible final. “Deus ex machine”. Hagas lo que hagas, la fuerza del destino hará que suceda lo que tiene que suceder. Pero no si logras viajar en el tiempo.

Por ello, finalmente Donnie decidirá regresar al pasado para morir aplastado por el motor de avión. Ya que solo de esa manera logrará evitar la muerte de Gretchen y de Frank. Sacrificará su vida a favor de la de la chica que quiere.

A lo largo de la película se trata el tema de la destrucción como forma de destruir el mundo para volver a empezar de cero: cambiar el mundo.

“Mientras están inundando la casa y destrozándola, dicen que la destrucción es una forma de creación así que el hecho de que quemen el dinero es una ironía. Lo que quieren ver es qué pasa cuando destruyen el mundo. Quieren cambiar las
cosas.”

Bajo esta idea, Donnie animado por Frank, inunda el colegio o quema la casa de Cunningham (descubriendo así que tenía una red de pornografía infantil). Lo que quiere es cambiar las cosas. Y por eso también, finalmente, el cambio principal viene de la mano de la destrucción: cuando el motor de avión cae en su cuarto y le mata es cuando se produce el verdadero cambio del destino.

En fin, creo que es una buena película, que merece ser vista unas cuantas veces para captar todos sus elementos en detalle. Y una gran banda sonora que acompaña de forma magistral esos planos a cámara lenta.

Y para terminar voy a plantear dos preguntas:
1. ¿Realmente está enfermo Donnie Darko?

2. “Y si pudieras volver atrás en el tiempo ¿no cogerías todas las horas de dolor y tristeza y las cambiarías por algo mejor?”


jueves, 19 de julio de 2007

Lobo Estepario

"¡Cómo no voy a ser un Lobo Estepario, un ermitaño desgreñado, si estoy hundido en este mundo cuyas metas no comparto, cuyas alegrías no me atraen. No soporto mucho tiempo en un teatro ni en un cine, apenas puedo leer un diario, pocas veces miro un libro moderno: no puedo entender cuál es la diversión y la felicidad que los hombres buscan en trenes y hoteles repletos, en cafés llenos de gente con música fuerte y sofocante, en los bares y varietés de las elegantes ciudades de lujo, en las exposiciones mundiales, en los corsos, en las conferencias para los sedientos de cultura, en los grandes campos de deporte. No puedo entender ni compartir esas alegrías que estarían al alcance de mis manos y por las que hay miles que se esfuerzan y se amontonan. Y aquello que, por el contrario, sucede durante mis escasas horas de felicidad, lo que para mí representa placer, aventura, éxtasis y enaltecimiento, es algo que el mundo a lo sumo conoce, busca y ama en la poesía, pero que en la vida le parece una locura. Y de hecho, si el mundo tiene razón, si la música en los cafés, si los entretenimientos de masas, si esas personas americanas con tan pocas pretensiones tienen razón, entonces yo estoy equivocado, estoy loco. Entonces en serio soy el Lobo Estepario, tal como me describí varias veces: el animal perdido en un mundo ajeno e incomprensible que ya no es capaz de encontrar su hogar, su aire, su alimento."

martes, 17 de julio de 2007

Descanso


Mi cabeza pedía a gritos un descanso. Ahora, ya han terminado las vacaciones y debe volver a funcionar. En estos días he viajado, he olvidado, he desconectado y he dejado de pensar.


Mientras tanto, se me han ido acumulando cosas pendientes. Así que después de la desconexión, toca ponerse al día. En breve comentaré todas las cosas que me están esperando.

miércoles, 4 de julio de 2007

Tres colores: Azul

En 1993 el polaco Krzysztof Kieslowski comenzó su trilogía Tres Colores, con la filmación de la primera: Azul.

Esta trilogía, con los colores de la bandera francesa, simbolizan la Libertad (Azul), la Igualdad (Blanco) y la Fraternidad (en Rojo). Se supone que la civilización occidental disfruta de esos principios y, por tanto, debería ser feliz. Sin embargo, cuando Kieslowski estuvo en Francia, descubrió en los rostros de la gente una enorme tristeza y una mirada que no entendía el sentido de esta vida. Por ello decidió hacer esta trilogía donde nos muestra unas pautas universales que debemos aprender para poder ser felices. Para ello nos muestra el interior de personajes atormentados por su difícil relación con la vida y como lo afrontan.

“Lo que intento capturar es tal vez el alma; en cualquier caso una verdad que yo mismo no he encontrado. Quizá un tiempo que vuela y que no pueda ser nunca atrapado”.

Comienza entonces con Azul, un canto a la libertad, a la libertad interior. Julie es una mujer feliz con su marido, un célebre compositor, y su hija. Sin embargo un día, en un accidente de coche, morirán ambos, quedando ella sola.

A partir de entonces, y sumida en el más profundo dolor, comenzará un viaje interior para lograr la libertad. Para ello comenzará deshaciéndose de todas las pertenencias que le puedan recordar su pasado, pondrá en venta la casa, se deshará de todos los muebles, se irá a vivir a un piso de alquiler y tirará las partituras de la última composición de su marido: la inacabada obra para la celebración de la unificación de Europa. Sólo se quedará con una lámpara de piedras azules que tenía su hija.


En ese intento de deshacerse de todo, Julie intentará no atarse a nada terrenal. Y por eso decide acostarse con Olivier, compañero de su marido, para demostrarse que es capaz de no sentir nada y no atarse a nada ni a nadie. Sin embargo, Julie no se da cuenta de que así no consigue libertad, ya que primero deberá encontrarla en su propio interior. Para ello es necesario que guarde algo (“Siempre hay que quedarse con algo”), en este caso esa lamparita que le recordará siempre el pasado que tuvo, para que no lo pierda de vista y aprenda de él; pero sin dejar de mirar al futuro. El mismo gesto de la portada nos muestra cómo camina hacia delante, su rostro va hacia delante, excepto su mirada, de profunda tristeza, que mira hacia atrás, viendo lo que queda en el pasado.

Ya hacia el final, Julie descubrirá una serie de cosas que le harán ver todo desde otra óptica y, en consecuencia, lograr comenzar de nuevo. Sólo al volver a amar, conseguirá la libertad que ansiaba.

Durante la película aparecen una serie de personajes que conforman todo el mensaje, como la vecina prostituta, que ayuda a Julie en sus debilidades, pero que a la vez necesita de ella. Mutuamente se complementan para lograr seguir adelante. O el chico que presencia el accidente de coche. En el momento en el que se produce el accidente, él está jugando a meter una bola en un palo. Justo en el momento en el que lo consigue, es cuando el coche se estrella, como una especie de juego macabro en el que todo está provocado por el acierto del chico. Para calmar su conciencia, no descansará hasta encontrar a Julie y darle una cadenita que se encontró en el lugar del accidente. También está la madre de Julie, que padece la enfermedad de Alzheimer; a su manera, ella también se ha evadido de todo dejando de estar atada a nada terrenal, ni siquiera a los recuerdos. Olivier, por su parte, tiene la fuerza para sacar a Julie del infierno en el que está sumida. Asume continuar con la composición, en un principio para atraer a Julie y hacerla reaccionar, gritar o correr. Pero finalmente, él también necesitará encontrar su libertad y por ello renunciará a la colaboración de Julie para terminar las partituras. El mendigo que toca la flauta es el perfecto ejemplo de liberación. Hace lo que le gusta, renunciando a tener obligaciones. Pero en realidad goza de una posición económica adinerada, como se ve cuando le lleva en el coche su esposa. Es él el que le dirá a Julie que “siempre hay que quedarse con algo”.

A lo largo de la película, Kieslowski nos dejará ver su mensaje a través de símbolos. Cada pequeño elemento tiene un enorme significado dentro del mensaje global de la película. Por ejemplo, ya desde el principio, cuando el coche se adentra en el túnel, nos está explicando que la vida es un camino donde a veces pasamos por momentos oscuros, pero si seguimos adelante acaba apareciendo otra vez la luz. Es un trayecto de momentos buenos y momentos malos, y de todos ellos debemos aprender.

En otra escena, Julie está sentada en el banco de un parque con los ojos cerrados mientras el sol le golpea en la cara. Al mismo tiempo vemos cómo una anciana intenta llegar a un contenedor para tirar una botella, pero le cuesta mucho esfuerzo y no consigue meterla del todo (personaje que se repetirá en Blanco y en Rojo). Con esto, Kieslowski nos muestra cómo el sol, que le produce placer a Julie y da unos instantes de calma, a la vez le ciega y no le deja ver lo que pasa a su alrededor.

En definitiva, es una película para ver innumerables veces, ya que en cada una de ellas se descubrirán nuevos elementos con nuevos significados. Es una auténtica obra de arte donde cada escena, cada imagen, cuida a la perfección los colores, las posiciones y los pequeños detalles para darle un sentido común. A través de las imágenes hace que nos adentremos en el mundo interior de las persona.

Todo ello con una magnífica Juliette Binoche que enamora a cualquiera. Ese papel no podría haber sido para otra persona. Y una banda sonora que no nos deja indiferentes.



Luis Eduardo Aute - De alguna manera

lunes, 2 de julio de 2007

Annie Hall


A lo largo de la película Woody Allen nos muestra un estudio psicoanalítico de las relaciones de pareja. Intenta encontrar la explicación de por qué se llega a ese momento en el que todo es mal humor que provoca intolerancia con el otro.

Para ello sigue la evolución desde el comienzo, donde todo es perfecto, ambos se admiran y aprenden el uno del otro, se halagan, ven lo positivo en el otro y la vida sexual es activa. Sin embargo, conforme avanza la relación empiezan los defectos, inseguridades, comienzan a minusvalorarse, y la actividad sexual se vuelve mecánica y monótona, pasando a desaparecer.

Pasan de admirarse a criticarse. Annie deja de sentirse inteligente al lado de Alvie y eso le provoca un enorme sentimiento de inferioridad e inseguridad. Sin embargo, esta inferioridad se vuelve más grande cuando se separan. Ello se demuestra en la escena en la que ella llama a Alvie de madrugada para pedirle que vaya a su apartamento porque tiene una emergencia, que resultan ser dos arañas en el baño. En ese momento ella se da cuenta de cuánto le necesita y reanudan la relación. Es el sentimiento de “ni contigo ni sin ti” que provoca una relación de esas características, en la que ambos se quieren, pero no logran llevarlo a la práctica correctamente.

Vuelve entonces la felicidad uno al lado del otro. El volver a aprender, a admirarse... Hasta que ella deja de divertirse a su lado. Él actúa como freno para ella. Annie intenta divertirse, experimentar cosas nuevas, conocer gente, aprender. Pero Alvie tiene esa sensación de saber lo que tiene que saber y no tiene ese afán de experimentar. De esta forma, los dos se dan cuenta de que la relación ha llegado a su fin. Recordarán lo que han aprendido juntos, lo que han vivido, pero ya no volverán a ser una pareja.

Esta vez será Alvie el que decida reanudar la relación, pero Annie ya se ha dado cuenta de que no hay salida posible. Les quedará el hermoso recuerdo de lo que han compartido, de lo que han aprendido. Incluso descubrirán que lo que antes detestaban en su pareja, ahora les gusta (“Cuál fue mi sorpresa al ver que ella le llevaba a ver el documental 'La pena y la piedad'. Lo tomé como un triunfo personal”).

Tiendo a pensar que cuando estamos con alguien nos acostumbramos demasiado rápido a lo bueno así que empezamos a fijarnos demasiado en los aspectos negativos. Y solo cuando perdemos a esa persona nos damos cuenta de la cantidad de cosas positivas que tenía. Deberemos aprender a llegar a un equilibrio.

Toda esta historia está relatada bajo la estética que caracteriza a Woody Allen. Él es un comediante neurótico neoyorquino, un ser obsesivo, que ve en todo el que le rodea tintes de antisemitismo. Psicoanaliza hasta el menor detalle de todo lo que le sucede, así como lo que le sucede a las personas que están con él. Y ella es tan neurótica como él.

En esta comedia, Woody Allen juega con las reglas cinematográficas introduciendo métodos por aquel entonces novedosos, como el hecho de que en determinados momentos los actores hablen directamente a la cámara, dirigiéndose a nosotros; también hay cambios en el tiempo en los que los propios personajes son espectadores de su pasado.

Ganó cuatro Oscar, a la mejor película, mejor director (Woody Allen), mejor actriz principal (Diane Keaton) y mejor guión original.

“Doctor, mi hermano está loco. Cree que es una gallina. Y el doctor responde: pues por qué no le mete en un manicomio? Y el tipo le dice: lo haría pero necesito los huevos. Pues eso más o menos es lo que pienso sobre las relaciones humanas ¿saben? Son totalmente irracionales y locas y absurdas pero supongo que continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos lo huevos”.






Ismael Serrano - Qué va a ser de mí