sábado, 31 de enero de 2009

Ya solo habla de amor

“Ahora bien, ¿por qué prescindir de Mónica, si Mónica era ahora toda su vida? Porque tenía mucho que cabalgar y mucho que sollozar en solitario antes de poder limpiar la casa de su amada con mediana eficacia, porque estaba cansado de buscar en las mujeres un consuelo para su enfermedad y cansado de odiarlas después por la ineficiencia de sus tratamientos de cura. Porque no podía seguir intentando que las mujeres le devolvieran un reflejo de sí mismo muy superior a lo que él pensaba que era. Porque ya estaba bien de mujeres, para empezar, y porque las pobrecitas, al final, no tenían culpa de nada. La próxima vez, se prometió, no llegaré herido a la playa de nadie, llegaré en pie y enarbolando mi propia bandera, y mi amor será tan bueno como el de cualquiera y será uno de esos amores que hacen cosas, que joden alegremente, que disfrutan, que se divierten, que viven y hasta haré una huerta si es que de una huerta se trata."

Ya solo habla de amor - Ray Loriga

viernes, 30 de enero de 2009

Vengo

La Fuga - Vengo

sábado, 24 de enero de 2009

La chica del puente


La chica del puente es una película dirigida por Patrice Leconte, en 1999. Cuenta con la magnífica interpretación de Vanesa Paradis y Daniel Auteil. Rodada en blanco y negro, le confiere ese aire íntimo del romanticismo francés, que se completa con una preciosa fotografía.

Adele es una joven que busca desesperadamente la felicidad en los brazos de todo hombre que se acerque a ella y le diga lo que quiere oír. Fracaso tras fracaso se va dando cuenta de que esto, lo único que le da es un enorme vacío, así como la sensación de fracaso constante. Cuando llega a un punto en el que el dolor es más grande que la esperanza por conseguir la felicidad ansiada, decide acabar con todo tirándose de un puente.

“Hay gente que ha nacido para ser feliz, y a mí todos los días de mi vida me han engañado. Todo lo que me prometieron me lo creí. Pero nunca he conseguido nada. No sé hacer ninguna cosa, no le importo a nadie. No soy feliz... Ni siquiera soy realmente desgraciada porque seguro que te sientes desgraciado cuando has perdido algo, pero nunca he tenido nada mío, solo mi mala suerte.
[...]
Cuando era pequeña solo deseaba una cosa: crecer. Quería que sucediera deprisa. Pero ahora no sé para qué ha servido todo esto, no sé para qué. Hacerme mayor... El futuro es como una sala de espera. Como una gran estación con bancos y corrientes de aire. Y detrás de los cristales un montón de gente que pasa corriendo, sin verme. Tienen prisa. Cogen trenes, o taxis; tienen un sitio a donde ir, alguien con quien encontrarse. Y yo me quedo sentada, esperando.
¿Qué espera, Adele?
Que me ocurra algo.”

Gabor es un lanzador de cuchillos fracasado, que busca la otra mitad de un billete para conseguir ser algo. Le falta esa otra mitad que haga de él un hombre feliz y que le lleve al éxito como lanzador de cuchillos. Le falta la suerte.

Ambos se encuentran en el puente. Ambos quieren acabar con sus vidas. Pero al conocerse se darán una última oportunidad. Al fin y al cabo, están hechos el uno para el otro. Gabor le ayudará a Adele a controlarse y valorarse más. A saber ver las cosas tal y como son y no dejarse engañar por el primero que le diga una palabra bonita.

“- Ya sé que esto no soluciona nada, solo rellena grietas. [...] Todavía no estoy acostumbrada.
- ¿A qué?
- A decir no. Me tengo que controlar. Es como la gente que quiere dejar de fumar. Dicen que la primera semana es la más dura. Después no piensas en ello.”


Adele será la diana de Gabor, le ayudará a llegar al éxito como lanzador de cuchillos y será su compañera de viaje. Quién mejor que una persona que quiere acabar con su vida para ser la diana de un lanzador de cuchillos. Si falla, no habrá mala conciencia.

Solo juntos conseguirán la suerte que estaban buscando. Por separado no serán nada, igual que un billete partido en dos: solo tendrá valor si se juntan las dos mitades. Porque la suerte es algo que se consigue cuando se es feliz.

Es importante conseguir la suerte por ti mismo, sin depender de nadie. Pero a veces es necesaria una ayuda exterior, alguien en quien apoyarte y que te dé un tirón de orejas cuando estás a punto de meter la pata. Adele y Gabor lo encuentran el uno en el otro.



miércoles, 21 de enero de 2009

Guerra de hemisferios y neuronas


Me engañas para conseguir lo que quieres y yo me dejo engañar porque te creo, te escucho y te hago caso. Pero lo que haces conmigo no es sano. Me doy cuenta, despierto, abro los ojos y veo que me estás engañando. Pero si no puedo creer en ti ¿en quién creer? No me mientas con tus argumentos racionales y lógicos porque los dos sabemos que no son válidos. Conozco tus artimañas porque somos la misma persona.

Me sumerjo en montañas de libros para no escucharte, no hacerte caso, pero me persigues vaya donde vaya. ¡Déjame! Te he dicho que no te voy a escuchar. Se acabó, ya no me volverás a engañar más.

Los dos hemisferios de mi cerebro están enfrentados y hay momentos en los que no sé a cuál debo hacer caso. Las pocas neuronas que apoyan mi causa hacen trinchera contra el bando opuesto. Y cuando me domina el lado maligno, se colocan en la puerta bloqueando mi paso a la perdición.

Ellas impiden que me rinda. Lo que no saben es que están haciendo mucho más. Esta lucha tan solo es la metáfora de todo lo que no quiero pero en lo que no puedo evitar caer una y otra vez. Es la metáfora de mi autoengaño con cada tentación que debo eliminar de mi vida. Es tan solo una lucha, que hará que gane la guerra entre mis dos hemisferios.




Carlos Chaouen - Carita de pena

lunes, 19 de enero de 2009

El señor de la guerra


Me preguntaba por qué los gobiernos (y entre ellos el nuestro, por supuesto) no hacían nada para frenar los ataques inhumanos de Israel a Gaza. Me parece tan obvio lo bárbaro de la situación, que no puedo comprender comentarios que me llegan de que Israel se defiende de los palestinos, que los palestinos son unos terroristas e Israel responde a esa violencia también con violencia... Claro, tenemos 1300 muertos palestinos frente a 13 israelíes, pero son los israelíes los que se defienden de los palestinos... 100 muertos palestinos por cada muerto israelí; eso es lo que valen unos y otros.

Pero a lo que iba, ¿por qué los gobiernos no hacen nada o hablan con la boca pequeña? Sencilla la respuesta: ¿cuántos gobiernos han vendido armas a Israel? Sabemos de EE.UU (no hay más que leer mi anterior post) y probablemente sea sencillo encontrar noticias de otros países. Pero ¿y el nuestro? Estas noticias no salen en los telediarios ni en los periódicos.

¿Con qué cara podemos defender la paz si vendemos armas a países en guerra? ¿Con qué cara podemos pedirle a Israel que cese los ataques contra Gaza si nosotros les hemos dado las armas?
España aumentó en el 2008 la venta de armas al ejército de Israel

Israel fue durante el primer semestre de 2008, seis meses antes de la invasión de Gaza, un buen cliente de la industria armamentística española. Así lo reconoce el propio Gobierno de Zapatero en su último informe sobre el control de comercio exterior de material de defensa y de doble uso remitido recientemente al Congreso de los Diputados por el Ministerio de Industria.

Según dicho documento, España exportó a Israel durante ese periodo material bélico por valor de 1.551.933 euros. La práctica totalidad, en concreto el 94,13%, tenía como destinatario a las
Fuerzas Armadas del Estado hebreo.

Estas cifras revelan un aumento considerable en la exportación de material de defensa a Israel por parte de España. De hecho, los 1.551.933 euros exportados en los primeros seis meses de 2008 superan ya el valor de todo el material bélico vendido al Estado hebreo durante 2007, cuando la entregas alcanzaron un importe total de 1.515.934 euros, según el informe sobre ese año que la secretaria de Estado de Comercio, Silvia Iranzo, entregó al Congreso el pasado mes de septiembre.

Y aquí pongo un fragmento del discurso de Gervasio Sánchez, al recoger el premio Ortega y Gasset de fotografía, en mayo de 2008

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabricamos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Israel ha aceptado la tregua y se va retirando poco a poco de Gaza. Gaza se queda sumida en los escombros de lo que alguna vez fue algo...

sábado, 10 de enero de 2009

Débil versus fuerte

Unos intentan mandar ayuda humanitaria a Palestina mientras otros envían armas a Israel. Ésta es la diferencia entre los fuertes y los débiles.

EE UU planea el envío de armamento a Israel desde Grecia
"Las piedras de David han cambiado de manos, ahora son los palestinos quienes las lanzan. Goliat está al otro lado, armado y equipado como nunca se ha visto a soldado alguno en la historia de las guerras, salvo, claro está, al amigo norteamericano. Ah, sí, las horrendas matanzas de civiles causadas por los terroristas suicidas… Horrendas, sí, sin duda, condenables, sí, sin duda, pero Israel todavía tiene mucho que aprender si no es capaz de entender las razones que pueden hacer que un ser humano se transforme en una bomba."
José Saramago.


Pablo Ager - Alambradas

Dejar de quererte

Tontxu - Dejar de quererte

jueves, 8 de enero de 2009

La campana de cristal

Esther Greenwood vive encerrada en una campana de cristal que le impide ser libre. Busca constantemente ser ella misma, pero el contexto opresivo en el que vive le impide salir de esa campana. Poco a poco, a lo largo de su vida, intentará ir rompiéndola, liberarse de ella, hasta acabar ingresada en un centro psiquiátrico. El dolor que le supone afrontar la vida que le ha tocado vivir hará que busque desesperadamente el suicidio para acabar con esa tortura.

“Veía los días del año extendiéndose ante mí como una serie de brillantes cajas blancas, y separando una caja de otra estaba el sueño, como una sombra negra. Sólo que para mí la larga perspectiva de sombras que separaban una caja de la siguiente había desaparecido repentinamente, y podía ver día tras día resplandeciendo ante mí como una blanca, ancha, infinitamente desolada avenida.

Parecía tonto lavar un día cuando tendría que volver a lavar al siguiente.

El solo pensar en eso me hacía sentir cansada.

Quería hacer todo de una vez por todas y terminar”.
Ambientada en los años 50, nos describe a mujeres destinadas a casarse y a desempeñar trabajos “de mujeres”. Para alguien como Esther Greenwood, alter ego de Sylvia Plath, quien se autorretrata en esta novela, esto supone una condena. Una mujer inteligente, con expectativas de éxito en el mundo literario y con ansias de saber cada vez más, se ve limitada por la sociedad que le rodea, que le obliga a vivir enclaustrada dentro de una campana impidiéndole ser libre, ser ella misma.

“Y yo sabía que a pesar de todas las rosas y besos y cenas en restaurantes que un hombre hacía llover sobre una mujer antes de casarse con ella, lo que secretamente deseaba para cuando la ceremonia de boda terminase era aplastarla bajo sus pies como la alfombra de la señora Willard.

Así que empecé a pensar que tal vez fuera cierto que casarse y tener niños equivalía a someterse a un lavado de cerebro, y después una iba por ahí idiotizada como una esclava en un estado totalitario privado.”
A lo largo de la novela asistimos a la evolución psicológica de la protagonista. Desde lo que se podrían considerar los mejores momentos de Esther, hasta su decadencia a un estado maniaco-depresivo. (“Neurótica, ¡Ja! – solté una risa desdeñosa -. Si ser neurótica es decir dos cosas mutuamente excluyentes en el mismo momento, entonces soy endemoniadamente neurótica. Estaré volando de una a otra cosa mutuamente excluyente durante el resto de mi vida”).

Tal como describe Sylvia en esta novela, cuando estás encerrado en una campana de cristal, solo puedes respirar tu aire viciado. Y aún cuando consigas liberarte de ella, siempre penderá sobre tu cabeza, amenazando con descender y encerrarte de nuevo. Tu pasado será esa campana de cristal que te perseguirá hasta la eternidad. Puedes salir de ella, pero siempre te seguirá vayas donde vayas. (“Debería haber, pensé, un ritual para nacer dos veces: remendada, reparada y con el visto bueno para volver a la carretera”).