viernes, 10 de octubre de 2008

Bolsillos

Siempre me ha gustado acumular pequeños objetos que me he ido encontrando a lo largo de mi vida, bien por su belleza, su originalidad, su valor sentimental o su peculiaridad, o simplemente porque me apetecía. Una concha de la playa de Salinas con los bordes perfectamente redondeados por los golpes de las olas, una piedra con una forma original, un mechero que alguien me regaló, cartas, muchas cartas, un jabón en forma de rosa que me trajeron desde Bulgaria, el ticket del Museo de Bellas Artes de A Coruña o la camiseta de mi viejo colegio, firmada por todos los que fueron mis compañeros...

Hoy me he dado cuenta de que todas las piedras que he ido guardando en mis bolsillos a lo largo de estos años pesan ya demasiado para poder dejarme avanzar. Los pasos se hacen cada vez más duros. Pero a lo lejos he visto dragones verdes dispuestos a ayudarme a volar. Cogeré un puñado de piedras de mis bolsillos y las dejaré atrás mientras me agarro a las alas de un dragón verde y “diciendo adiós diré qué pena, qué pena...”.

Pero hay que seguir hacia delante ¿no?



Pedro Guerra - Bolsillos

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces el pasado es un lastre más o menos perceptible,yo creo que es sabio aligerar la carga para seguir avanzando,así que te deseo mucha suerte con los dragones verdes.

Anónimo dijo...

Lo importante es volar y no quedarse atrás ya sea agarrada a las alas de un dragón ¿verde? ¿por que verde? bueno vale, verde.

Thabitha dijo...

Muchas gracias Troyana ;)
Anónimo. Verde... por qué verde? Porque es un vuelo lleno de esperanza. Hay que explicarlo todo?
Besos!!