martes, 4 de diciembre de 2007

Más extraño que la ficción



¿Qué haríamos si una voz narrara nuestros movimientos y nuestra vida? ¿Nuestro destino está escrito o podemos cambiarlo? Estas cuestiones se plantean en “Más extraño que la ficción”, una película dirigida por Marc Forester, Con Will Ferrell, Dustin Hoffman, Emma Thompson y una magnífica Maggie Gyllenhaal.

“Si supieras que vas a morir, quizá pronto, ¿Qué harías?”

Harold Crick es un inspector de hacienda que tiene su vida perfectamente calculada. Cuenta el número de veces que se cepilla los dientes, el número de azulejos o escalones que hay, el número de pasos que da hasta llegar al autobús... y su reloj es un personaje más que a lo largo de la película jugará un papel importante.

Un día, Harold comienza a escuchar una voz femenina que narra todos sus actos y sentimientos. Será entonces cuando descubra que forma parte de la última novela de la escritora Karen Eiffel, gran novelista de dramas y en cuyas historias siempre muere el protagonista.




Es una película sobre la ayuda desinteresada a los demás (“Pensé que si iba a hacer del mundo un lugar mejor, lo podría hacer con galletas”). Pero sobre todo, es una película sobre la LIBERTAD de vivir, dejando de lado los temores (“Harold hacía lo que antes le había aterrado” “Harold vivía su vida”). La libertad de vivir es liberarse (valga la redundancia) de nuestros temores, vergüenzas, condiciones... Afrontar nuestros sueños sin temer al fracaso; porque si no llevas la vida que quieres vivir es como si estuvieras muerto. (“Haz de tu vida la que siempre has querido que sea”).

Además, nos enseña como de esta manera todos podemos ser héroes. Rompiendo nuestros temores podemos hacer grandes cosas (“¿Te pusiste delante de un autobús para salvar a un muchacho? No tenía elección. Tenía que hacerlo”). Este es el tipo de personas a las que hay que salvar. Anna es un claro ejemplo. Es el personaje que menos miedos tiene. Hace aquello que quiere hacer sin temer las consecuencias y eso es precisamente lo que descoloca a Harold pero a la vez le enamora (“Escuche. Soy una gran aficionada a lo de arreglar baches y colocar columpios y montar refugios. ¡Es solo que no me entusiasma demasiado el porcentaje económico que nuestro gobierno destina a la defensa nacional, rescates corporativos y fondos de campaña discrecionales! Por eso no he pagado esos impuestos. Y creo recordar que adjunté una carta en ese sentido, a mi declaración.” “¿Se refiere a esta carta que empieza con: ‘Queridos cerdos imperialistas...’?”).

A lo largo de la película todos los personajes acaban haciendo pequeñas cosas para ayudarse a salvarse unos a otros. Incluso la propia escritora mejorará su vida al conocer a su personaje y descubrir lo que es capaz de hacer por ella. Y a su vez ella intentará ayudarle a él.



Es la historia de un hombre que encuentra su vida justo antes de perderla” Zach Helm (guionista)

2 comentarios:

Antero dijo...

Vi esta película hace un mes más o menos y me quedé con un buen sabor de boca, la has explicado muy bien en este post. Has puesto detalles que a mí se me escaparon.

Saludos

Tawaki dijo...

Es curioso, vi esta película porque me la habían recomendado y se convirtió en el nombre de uno de mis blogs. Nunca antes había oído hablar de ella y ahora descubro que no fui el único en verla.

Un abrazo.