Me engañas para conseguir lo que quieres y yo me dejo engañar porque te creo, te escucho y te hago caso. Pero lo que haces conmigo no es sano. Me doy cuenta, despierto, abro los ojos y veo que me estás engañando. Pero si no puedo creer en ti ¿en quién creer? No me mientas con tus argumentos racionales y lógicos porque los dos sabemos que no son válidos. Conozco tus artimañas porque somos la misma persona.
Me sumerjo en montañas de libros para no escucharte, no hacerte caso, pero me persigues vaya donde vaya. ¡Déjame! Te he dicho que no te voy a escuchar. Se acabó, ya no me volverás a engañar más.
Los dos hemisferios de mi cerebro están enfrentados y hay momentos en los que no sé a cuál debo hacer caso. Las pocas neuronas que apoyan mi causa hacen trinchera contra el bando opuesto. Y cuando me domina el lado maligno, se colocan en la puerta bloqueando mi paso a la perdición.
Ellas impiden que me rinda. Lo que no saben es que están haciendo mucho más. Esta lucha tan solo es la metáfora de todo lo que no quiero pero en lo que no puedo evitar caer una y otra vez. Es la metáfora de mi autoengaño con cada tentación que debo eliminar de mi vida. Es tan solo una lucha, que hará que gane la guerra entre mis dos hemisferios.
Me sumerjo en montañas de libros para no escucharte, no hacerte caso, pero me persigues vaya donde vaya. ¡Déjame! Te he dicho que no te voy a escuchar. Se acabó, ya no me volverás a engañar más.
Los dos hemisferios de mi cerebro están enfrentados y hay momentos en los que no sé a cuál debo hacer caso. Las pocas neuronas que apoyan mi causa hacen trinchera contra el bando opuesto. Y cuando me domina el lado maligno, se colocan en la puerta bloqueando mi paso a la perdición.
Ellas impiden que me rinda. Lo que no saben es que están haciendo mucho más. Esta lucha tan solo es la metáfora de todo lo que no quiero pero en lo que no puedo evitar caer una y otra vez. Es la metáfora de mi autoengaño con cada tentación que debo eliminar de mi vida. Es tan solo una lucha, que hará que gane la guerra entre mis dos hemisferios.
Carlos Chaouen - Carita de pena
8 comentarios:
No hagas caso a las neuronas del lado maligno, ¡aunque te digan que tienen pastitas!!! ¡Aguanta, nena!
Muak!!!
Jaja, gracias neuronita buena!! Cambiaré las pastitas de las neuronas malignas por las galletas príncipe de beckelar de las neuronitas buenas. ¿Cambio pastitas por príncipes azules con chocolate...? hmm...
Sí, cambia, cambia!!! Varias pastitas! Unas cuatro, pongamos por caso :))).
Muak!
En las guerras de hemisferios está claro cuál es el que siempre gana: el norte. =)
CaoS: ¿4 pastitas...? Humm... me sobran un par ;P
Neo: En mi cerebro norte y sur han girado y se han convertido en izquierda y derecha. Razón versus pasión. ¿Quién ganará? tic tac...
es mejor una salida negociada a ese conflicto; los delfines no duermen nunca, dejan un hemisferio en standby mientras el otro sigue trabajando.
Es necesario que gane alguien? La convivencia no es conveniencia? Suerte que me queda una neurona haciendo de rodríguez...
Es necesario que gane alguien? La convivencia no es conveniencia? Suerte que me queda una neurona haciendo de rodríguez...
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