C.R.A.Z.Y. es la historia de un hijo, el cuarto de cinco hermanos, que intenta recuperar a su padre. Un relato sobre el amor, la religión y las relaciones humanas (familiares especialmente), narrada de forma trágico-cómica.
El director Jean Marc Vallée nos cuenta la historia de 1960 a 1980 narrada por un niño que se va haciendo adolescente entre canciones de Pink Floyd, porros a escondidas y flirteos. Un chico que se va descubriendo conforme va creciendo y, a la vez, se va alejando del padre.
Es la eterna disputa entre hijos y padres. Cuando no somos lo que quieren que seamos piensan que se han equivocado, que algo han hecho mal. Pero no piensan que quizá nuestra elección es tan válida como la suya. Les contradecimos y por eso está mal.
A partir de entonces, nos pasamos toda nuestra vida intentando conseguir que se sientan orgullosos de nosotros. Es una lucha constante. Al igual que el protagonista, Zachary, que no descansará hasta conseguir recuperar de nuevo a su padre.
Hay guiños de la película que me recuerdan a mi infancia. ¿Nunca habéis formulado deseos como “si el semáforo se pone en verde ahora mismo es que aprobaré el examen”? El protagonista se plantea estos retos, primero rezándole a Dios (“Si haces que no se den cuenta prometo que no faltaré a ninguna misa”). Pero tras varias veces de no ser escuchado, renuncia a la religión y pasa a plantearse los retos de otra manera: “Simplemente me curaría si lograba atravesar la tormenta”. Su gran deseo es dejar de ser homosexual para ganarse otra vez el amor de su padre. Con el tiempo aprenderá que no todo lo que su padre desea para él es lo correcto.
El director Jean Marc Vallée nos cuenta la historia de 1960 a 1980 narrada por un niño que se va haciendo adolescente entre canciones de Pink Floyd, porros a escondidas y flirteos. Un chico que se va descubriendo conforme va creciendo y, a la vez, se va alejando del padre.
Es la eterna disputa entre hijos y padres. Cuando no somos lo que quieren que seamos piensan que se han equivocado, que algo han hecho mal. Pero no piensan que quizá nuestra elección es tan válida como la suya. Les contradecimos y por eso está mal.
A partir de entonces, nos pasamos toda nuestra vida intentando conseguir que se sientan orgullosos de nosotros. Es una lucha constante. Al igual que el protagonista, Zachary, que no descansará hasta conseguir recuperar de nuevo a su padre.
Hay guiños de la película que me recuerdan a mi infancia. ¿Nunca habéis formulado deseos como “si el semáforo se pone en verde ahora mismo es que aprobaré el examen”? El protagonista se plantea estos retos, primero rezándole a Dios (“Si haces que no se den cuenta prometo que no faltaré a ninguna misa”). Pero tras varias veces de no ser escuchado, renuncia a la religión y pasa a plantearse los retos de otra manera: “Simplemente me curaría si lograba atravesar la tormenta”. Su gran deseo es dejar de ser homosexual para ganarse otra vez el amor de su padre. Con el tiempo aprenderá que no todo lo que su padre desea para él es lo correcto.
La integración social comienza por aceptarte a ti mismo. Pero sin el apoyo de los que nos rodean, la pelea es más dura de lo que debiera.
Crazy - Willie Nelson with Diana Krall & Elvis Costelo
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