sábado, 2 de junio de 2007

Binta y la gran idea



Es un poco largo, pero recomiendo que veáis el vídeo antes de leer este post. Merece la pena verlo porque es realmente hermoso. Una lástima que se quedara sin el Oscar.

http://www.youtube.com/watch?v=6T7PmiYzN38

“Binta y la gran idea” es un cortometraje muy peculiar sobre la imagen que algunas personas tienen de los occidentales. Forma parte del vídeo “En el mundo a cada rato”, formado por 5 cortometrajes que abordan las cinco prioridades de UNICEF.

Éste en concreto, dirigido por Javier Fesser y ambientado en una aldea al sur de Senegal, trata principalmente dos ideas:
1. El derecho tanto de niños como de niñas a una educación así como a la igualdad entre ellos;
2. y el desarrollo

La base fundamental para el desarrollo está en la educación. Sólo de esta forma se puede conseguir una generación preparada para desempeñar diversos oficios así como la tolerancia, respeto y cultura.

Sin embargo hay personas que piensan que la clave del desarrollo está en imitar a los “países desarrollados”, en adquirir poder, grandes tecnologías y dinero.

“Y toda esa riqueza les permite tener las armas para luchar contra el miedo a perder su riqueza. Mira Francia por ejemplo. Tiene la bomba atómica. Más progreso no se puede tener.”
Tenemos dinero (algunos), tenemos comodidades, tenemos tecnología... ¿y la solidaridad?

“gracias a la increíble cantidad de peces que son capaces de coger, obtienen tantos beneficios que ya no necesitan preocuparse los unos de los otros”.

En este cortometraje se respira solidaridad en cada uno de los personajes. Es muy interesante como utilizan el teatro para educar a la gente. A través de la representación teatral que hacen pretenden que el padre de Soda se dé cuenta de su error y cambie de opinión. Arte como forma de educar.

La historia está narrada por una niña de 7 años, lo que nos hace ver que los niños son el futuro. En sus manos está el conseguir un progreso en el que no falte la solidaridad y la igualdad. Por ello todos los niños y niñas deben ir al colegio, recibir una educación y tener las mismas oportunidades. Solo así lograremos “salvar la humanidad”. Ellos nos pueden salvar.

En definitiva, creo que nos dan mil vueltas y, ojala me adoptaran a mí.

“Por todo ello y comprendiendo que si seguimos el camino que el primer mundo nos marca, correremos el riesgo de que los hijos de nuestros hijos se queden sin peces, sin árboles, sin aire, y que el afán de acumular bienes, nos lleve a perder el sentimiento de solidaridad y que el miedo a perder las riquezas acumuladas nos lleve a destruirnos entre nosotros”.

3 comentarios:

Antero dijo...

Hola, mucha gracias por todos los comentarios que has dejado en mi blog, me he quedado alucinado ;)

Entre la vida de estress y de estúpido consumismo que llevamos los "países más avanzados" y la que se realiza en estos países debe haber un término medio que es al que realmente deberíamos tender.

Muy interesante el cortometraje, de vez en cuando nos viene bien que alguien nos recuerde que a solo unos miles de kilómetros de donde vivimos hay otro mundo totalmente diferente al nuestro

Thabitha dijo...

Hola Antero. Bienvenido y gracias por tu comentario.
Efectivamente, a veces necesitamos un dedo que nos taladre el hombro para que no nos durmamos. Pero este corto está tan lleno de alegría y color que te anima. ¿no crees?

Anónimo dijo...

A mí me ha dejado impresionada. Y no es que no pensara en el mundo que tenemos más allá de las narices, es que simplemente - lo reconozco avergonzada - lo veía desde la perspectiva habitual: yo arriba y ellos, los dignos de compasión, abajo.


El vídeo está genial, lleno de color, como tú misma dices, Tabitha, y además, sencillo, tierno, con escenas memorables - la de los cohetes, por ejemplo, qué demostración de fe en los milagros que nos rodean, muy a lo Principito...

Me ha encantado el cambio de perspectiva, que siempre es de agradecer.