A Kenizé Mourad muchos la conocertán por su famosa obra ‘De parte de la princesa muerta’, basada en la aventurosa vida de su madre durante la Segunda Guerra Mundial. Diez años después, sacó la “segunda parte”, ‘Un jardín en Baldapur’, donde los protagonistas pasan a ser su padre y ella misma.
Con ‘El perfume de nuestra tierra’ deja el género de novela “biográfica” para adentrarse en el género periodístico. Se trata de una serie de entrevistas que realizó durante su período como corresponsal en Oriente Medio.
Son entrevistas con un carácter enormemente humano, con las que se pretende que el lector entienda mejor el conflicto Israelo-Palestino así como a las personas que lo sufren. Nos encontramos con una gran variedad de personajes, desde extremistas (de ambos bandos) hasta rabinos que luchan por los derechos humanos o soldados israelíes objetores, pasando por “árabes israelíes” o madres que solo quieren vivir en paz.
Resulta muy duro leer algunas de las entrevistas. Hay personas que han sufrido tanto que ya solo les queda una muerte digna como forma de lucha. Otros, en cambio, luchan con gran fortaleza por vivir.
Al final se resumen en un anexo la cronología del conflicto o momentos importantes como los acuerdos de Oslo, Camp David... Personalmente, recomiendo leer este anexo al principio para poder entender mejor algunas de las ideas que se expresan en las entrevistas.
Este libro fue escrito en 2003 y, sin embargo, desgraciadamente, es un tema que sigue de actualidad en todos los telediarios.
Con ‘El perfume de nuestra tierra’ deja el género de novela “biográfica” para adentrarse en el género periodístico. Se trata de una serie de entrevistas que realizó durante su período como corresponsal en Oriente Medio.
Son entrevistas con un carácter enormemente humano, con las que se pretende que el lector entienda mejor el conflicto Israelo-Palestino así como a las personas que lo sufren. Nos encontramos con una gran variedad de personajes, desde extremistas (de ambos bandos) hasta rabinos que luchan por los derechos humanos o soldados israelíes objetores, pasando por “árabes israelíes” o madres que solo quieren vivir en paz.
Resulta muy duro leer algunas de las entrevistas. Hay personas que han sufrido tanto que ya solo les queda una muerte digna como forma de lucha. Otros, en cambio, luchan con gran fortaleza por vivir.
Al final se resumen en un anexo la cronología del conflicto o momentos importantes como los acuerdos de Oslo, Camp David... Personalmente, recomiendo leer este anexo al principio para poder entender mejor algunas de las ideas que se expresan en las entrevistas.
Este libro fue escrito en 2003 y, sin embargo, desgraciadamente, es un tema que sigue de actualidad en todos los telediarios.
3 comentarios:
Leí De parte de la princesa muerta y me pareció una soberana estupidez de libro, de lo peor que he leido últimamente y creéme, el listón no está excesivamente alto.
Este libro tiene mejor pinta, teniendo en cuenta que la formación inicial de K. Mourad es periódistica quizá se le de mejor este género que el de novelista.
Saludos
No he leído de parte de la princesa muerta, pero me han hablado bien de él. Tendré que leerlo si quiero opinar.
Sin embargo, El perfume de nuestra tierra me encantó; pero como bien dices, es otro género.
Un saludo
A mi me impactó mucho ese conjunto de testimonios.
Estuvimos en diciembre un día en Jerusalén, con un guía árabe, palestino que vive en Jerusalén, con cédula israelí y pasaporte jordano. Nos habló de la lucha por la tierra y de la imposibilidad de solucionar ese CONFLICTO. Las guerras generan más beneficios que la paz.
Vimos como las carreteras diferenciaban matrículas, los palestinos no pueden acceder a muchos lugares. Y ese MURO… y los soldados y helicópteros por la ciudad…
Al volver a casa me leí de nuevo Viaje a Palestina (muy recomendable), y buscando sobre el tema apareció éste otro. Es un libro que deja muy claras las circunstancias que allí están viviendo (la demolición de las viviendas, los bloqueos, los crímenes injustificados, la artillería contra las piedras, la desilusión, el miedo, los traumas). Es realmente ofensiva la imagen que nos transmiten los medios de comunicación, suicidas radicales. Parece que todo se define dentro de la radicalidad, pero el sentir y pensar de mucha gente no es ése, es miedo y es desesperanza.
La labor del periodista en una zona conflictiva debería ser ésa, dar voz y difundir ante el mundo lo que está pasando. Para la autora tuvo que ser una experiencia muy dura, mirar a los ojos de esas personas, escucharles, y a veces hacer que recuerden ese inmenso dolor.
Yo tampoco he leído ninguna de sus novelas.
Biquiños
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