La suerte de Emma es una película alemana dirigida por Sven Taddicken y basada en la novela homónima de Claudia Schreiber.
Max Bienen (Jürgen Vogel) sufre un cáncer de páncreas que le deja únicamente unos meses de vida. Así que hace lo que cualquiera haría en su lugar. Vivir lo que le queda de la manera más feliz que pueda. Pero en su camino a la felicidad acabará estrellándose en una granja de cerdos. Aquí conocerá a Emma (Jördis Triebel), una mujer de armas tomar (literalmente), que dedica su vida y alma a su granja y a sus cerdos, a los que sacrifica de una manera muy peculiar: abrazándolos con ternura, degollándolos sin dolor y acariciándolos hasta que mueren desangrados en sus brazos. De esta manera mueren sin sufrir, de forma rápida y en los brazos de alguien que ha dado su vida para criarlos y cuidarlos.
Será cuando, al dejar el mundo capitalista y adentrarse en el mundo rural de Emma, Max disfrute de los momentos más felices de su vida y se dé cuenta de que todo cuanto necesitaba era alguien a su lado. Y a su vez, Emma encontrará en Max su suerte: la salvación de su granja, de su vida y de su corazón.
Los cerdos y los hombres tenemos el mismo corazón y del mismo tamaño. Hombres y animales no nos diferenciamos tanto. Cuando nos estamos muriendo, necesitamos alguien a nuestro lado que nos abrace con ternura y nos cuente algo para que no nos sintamos solos. Para poder morir de una forma más pacífica, más feliz.
Max Bienen (Jürgen Vogel) sufre un cáncer de páncreas que le deja únicamente unos meses de vida. Así que hace lo que cualquiera haría en su lugar. Vivir lo que le queda de la manera más feliz que pueda. Pero en su camino a la felicidad acabará estrellándose en una granja de cerdos. Aquí conocerá a Emma (Jördis Triebel), una mujer de armas tomar (literalmente), que dedica su vida y alma a su granja y a sus cerdos, a los que sacrifica de una manera muy peculiar: abrazándolos con ternura, degollándolos sin dolor y acariciándolos hasta que mueren desangrados en sus brazos. De esta manera mueren sin sufrir, de forma rápida y en los brazos de alguien que ha dado su vida para criarlos y cuidarlos.
Será cuando, al dejar el mundo capitalista y adentrarse en el mundo rural de Emma, Max disfrute de los momentos más felices de su vida y se dé cuenta de que todo cuanto necesitaba era alguien a su lado. Y a su vez, Emma encontrará en Max su suerte: la salvación de su granja, de su vida y de su corazón.
Los cerdos y los hombres tenemos el mismo corazón y del mismo tamaño. Hombres y animales no nos diferenciamos tanto. Cuando nos estamos muriendo, necesitamos alguien a nuestro lado que nos abrace con ternura y nos cuente algo para que no nos sintamos solos. Para poder morir de una forma más pacífica, más feliz.
1 comentario:
Hermosa película,en la que el encuentro entre personajes hace posible que ambos se curen y se salven.
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