viernes, 24 de octubre de 2008

Donde fuiste feliz alguna vez

Por generosidad de Jorge Miguel, aquí dejo este hermoso poema de Félix Grande para que vosotros también lo disfrutéis tanto como yo:

Donde fuiste feliz alguna vez
no debieras volver jamás, el tiempo
habrá hecho sus destrozos, levantando
su muro fronterizo
contra el que la ilusión chocará estupefacta.
El tiempo habrá labrado,
paciente, tu fracaso
mientras faltabas, mientras ibas
ingenuamente por el mundo
conservando como recuerdo
lo que era destrucción subterránea, ruina.


Si la felicidad te la dio una mujer
ahora habrá envejecido u olvidado
y sólo sentirás asombro,
el anticipo de las maldiciones.
Si una taberna fue, habrá cambiado
de dueño o de clientes
y tu rincón se habrá ocupado
con intrusos fantasmagóricos
que con su ajenidad te empujan a la calle, al vacío.
Si fue un barrio, hallarás
entre los cambios del urbano progreso
tu cadáver diseminado.


No debieras volver jamás a nada, a nadie,
pues toda historia interrumpida
tan sólo sobrevive
para vengarse en la ilusión, clavarle
su cuchillo desesperado,
morir asesinado.

Mas sabes que la dicha es como un criminal
que seduce a su víctima
que la reclama con atroz dulzura
mientras esconde la mano homicida.
Sabes que volverás, que te hallas condenado
a regresar, humilde, donde fuiste feliz.
Sabes que volverás
porque la dicha consistió en marcarte
con la nostalgia, convertirte
la vida en cicatriz;
y si has de ser leal, girarás errabundo
alrededor del desastre entrañable
como girase un perro ante la tumba
de su dueño... su dueño... su dueño...

Félix Grande



Quique González - Rompeolas

martes, 14 de octubre de 2008

Caótica Ana

Ana es una y son 2000. Dos mil veces ha vivido y dos mil veces ha muerto. A través de sus muertes intenta averiguar quién es y dar un sentido a su vida. Ese es su caos. Pero a veces el dolor es tan grande que prefiere cerrar los ojos y no ver. Intenta vivir el presente, pero mientras no entienda su pasado y lo acepte, no podrá cerrar esas heridas que le impiden seguir adelante y dar un sentido a su vida.

Ana vive en una caverna, con su padre. Una caverna que le protege del mundo al más puro estilo platónico, pero un día tiene que salir de ella y verlo frente a frente. Poco a poco irá despertando el sufrimiento vivido en otras vidas. Y descubrirá que “morir llena, no vacía”. Sus pinturas son su muro de protección, puertas cerradas que irá abriendo poco a poco, durante la cuenta atrás de una hipnosis. 10, 9, 8... 1.

“Caótica Ana es una historia contra la tragedia, conducida por la fuerza del optimismo y la necesidad de ser feliz de su protagonista".

Acabará convirtiéndose en una Ana que ha muerto, siempre de forma trágica, y ha vuelto a la vida con la experiencia de lo aprendido en otras vidas. Vuelve a la vida para engendrar un ejército de hombres buenos que acaben con el dolor sufrido a lo largo de los años de historia y que aún queda por sufrir. Porque ella es la diosa de la vida que lucha por las mujeres (la vida) contra los hombres (la muerte), “Hay que mandar a la mierda este mundo de machos que nos tiene a todos podridos por dentro”.

“Aunque me mates dos mil veces volveré a nacer”



Caótica Ana, dirigida por Julio Medem y protagonizada por Manuela Vellés, Bebe Rebolledo y Ash Newman entre otros.

viernes, 10 de octubre de 2008

Bolsillos

Siempre me ha gustado acumular pequeños objetos que me he ido encontrando a lo largo de mi vida, bien por su belleza, su originalidad, su valor sentimental o su peculiaridad, o simplemente porque me apetecía. Una concha de la playa de Salinas con los bordes perfectamente redondeados por los golpes de las olas, una piedra con una forma original, un mechero que alguien me regaló, cartas, muchas cartas, un jabón en forma de rosa que me trajeron desde Bulgaria, el ticket del Museo de Bellas Artes de A Coruña o la camiseta de mi viejo colegio, firmada por todos los que fueron mis compañeros...

Hoy me he dado cuenta de que todas las piedras que he ido guardando en mis bolsillos a lo largo de estos años pesan ya demasiado para poder dejarme avanzar. Los pasos se hacen cada vez más duros. Pero a lo lejos he visto dragones verdes dispuestos a ayudarme a volar. Cogeré un puñado de piedras de mis bolsillos y las dejaré atrás mientras me agarro a las alas de un dragón verde y “diciendo adiós diré qué pena, qué pena...”.

Pero hay que seguir hacia delante ¿no?



Pedro Guerra - Bolsillos

jueves, 2 de octubre de 2008

Saldremos a la lluvia

Esta noche es el concierto de Manolo García en el Pabellón Anaitasuna de Pamplona. Ahí estaremos, y saldremos a la lluvia.

Aquí pongo unos fragmentos de una entrevista hecha por ADN, que me han gustado especialmente.

[...]"Yo hago canciones para exorcizar mis demonios, sacar mis disparates, mis quimeras, lo que llevo dentro. Pobre del que pierde la curiosidad y la inocencia, porque será un individuo con pies de barro. Si vivo en una sociedad que no me satisface, me quejo. También hago alabanzas...

Como las que dirige al medio ambiente.

Sin la madre naturaleza no somos nada, Y, si no hacemos nada para remediarlo, naufragará. No soy científico pero veo que hay algo que no funciona. No puede ser que un 20% del mundo viva de forma confortable y que el resto esté sumido en la prehistoria del hambre, de la enfermedad. Todo el mundo se tiene que ganar la vida, pero no destrozándolo todo.
[...] No es una jodida moda, es una necesidad de alerta.

Sus canciones también hablan de soledades. ¿Cree que el individualismo de occidente traspasa los límites de lo razonable?

El estrés y la depresión están ligados al consumismo. Ese modelo de vida de urbanita autosuficiente, egoísta, yo, mí, me, conmigo, genera soledad, desarraigo, relega a la familia los lazos afectivos, valores como la lealtad. Te venden que con un móvil eres libre... y una mierda, eres un esclavo porque te crean una necesidad.

Dijo en una ocasión que la felicidad está en las cosas como compartir mesa frente al mar...

Sí. Estar con los amigos, de tertulia, en el bar... me gusta sentir con la piel, con los sentidos, con lo palpable, con la mirada... no con un pedazo de plástico (por el móvil). La vida está impregnada de poesía, aunque sea un día duro. Yo soy luminoso y diurno."