El mundo ha
cambiado y no sabemos si alguna vez volverá a ser lo que era. O quizá sea mejor
que no lo vuelva a ser…
Los sueldos
ya no suben, sino que bajan. Los que están arriba siguen robando sin excepción
mientras que los que están abajo intentan sobrevivir a esta ciclogénesis
explosiva de corrupción. Nuestros principios se han ido al final. Y nuestros
valores de han devaluado. Hemos perdido el camino que nos guiaba y, ante la
incertidumbre, cerramos los ojos, aguantamos la respiración y esperamos a que
una luz nos guíe. Pero esa luz ha subido de precio y ya no puede llegar a
nuestros hogares para darnos la claridad que tanto necesitamos. Y así
estamos: en la penumbra, sin aire, sin valor, sin principio y sin final…
En esta
situación, ¿podremos olvidarnos de nosotros mismos para poder ver más allá de
nuestras narices?
Rafa Pons - Olvídate de ti