miércoles, 25 de febrero de 2009

I walk alone

I walk alone - Tarja Turunen

lunes, 23 de febrero de 2009

Qué pelo más guay



O yo soy muy rara (sí, sí, te lo he puesto muy fácil) o la gente es muy simple. Reconozco que no tengo mucho sentido del humor. O mejor dicho, sí que lo tengo, pero algo rebuscado. Es difícil que me ría en una obra, pero sé reconocer cuándo es graciosa o no. Y ésta no me lo pareció.

Dos hombres en escena vestidos al más puro estilo discotequero hortera de los 70 define a la perfección lo que fue la obra: humor hortera. De vez en cuando se salen del papel como si nada haciéndonos pensar que estamos en un ensayo más que en una obra. Humor fácil, actuación mediocre (excepto la de Rulo Pardo, el afro, que era el único elemento que le daba algo de chispa a la obra) y un grupo al lado que saltaba en la butaca con estruendosas carcajadas cada vez que alguno de los protagonistas abría la boca. Intentaron hacer guiños al teatro del absurdo y se convirtió en eso: humor absurdo. Fui con la intención de reír y desconectar, después de una larga semana laboral. Pero su hora y 45 minutos hicieron de ella un suplicio. Una lástima, esperaba más de la compañía Sexpeare.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Besos prohibidos

No había tiempo. El tren estaba en el andén esperando para partir. Solo faltaba ella por subir. Él le había acompañado. Querían estar juntos hasta el último momento ya que no volverían a verse hasta un año después.

- Es peligroso, nos pueden detener – Dijo ella ante la amenazante cercanía de sus labios.

- Sí, pero no nos da tiempo a ir a una de las zonas habilitadas.

Sus labios se iban aproximando cada vez más. Sus corazones latían a una velocidad vertiginosa. ¿Qué hacer? ¿Arriesgarse a ir contra la ley, o no volver a tocarse en un año? Su deseo se impuso con fuerza y al más ligero roce de sus labios cayeron en la tentación comenzando a besarse apasionadamente.

Inmediatamente después ella veía desde la ventanilla del tren cómo dos guardias le cogían de cada brazo y se lo llevaban a rastras mientras él intentaba resistirse.

- ¡No! ¡Dejadle! ¡Yo también soy culpable! Gritó ella desde el interior del tren, golpeando el cristal, mientras veía cómo forcejeaban. Pero nadie la oyó.

Prohíben los besos en una estación para evitar las aglomeraciones

Los responsables de una estación de ferrocarril situada en el norte de Inglaterra han decidido prohibir los besos en las instalaciones para evitar aglomeraciones de personas que se despiden y facilitar el acceso de los viajeros. La estación de Warrington Bank Quay, en Cheshire, en contrapartida, tendrá una "Zona de besos" cerca del aparcamiento. EFE

Que te vaya bien Miss Carrusel

Que te vaya bien Miss Carrusel - Nacho Vegas

[...] Y otra noche más tú querrás soñar

pero la más pura soledad

no se cura con champán y cocaína.

Un hombre del sur bajará la luz,

jugarás tu suerte a cara o cruz.

Sé que suena cruel, Miss Carrusel,

pero esta es tu vida.

Y juras otra vez que no quieres volvera despertar muerta de sed

y con un puñal hundido en el pecho.

Es de noche y con un hilo de voz

me preguntarás qué día es hoy.

Y querrás volver, Miss Carrusel,

para deshacer lo hecho.

Volverás cuando estés limpia

y yo no te haga falta.

Gritaré lleno de orgullo

tu nombre en el andén.

Y te prometo que si te vuelvo a ver

tan hundida trataré de hacer

lo imposible por ponerte una sonrisa.

Pero una vez más desaparecerás

y aunque alguien se pueda extrañar

yo sabré entender, Miss Carrusel,

sabré entender tus prisas. [...]

domingo, 15 de febrero de 2009

El vértigo de la trapecista

La cultura ocupa las calles. Los artistas salen al barrio antiguo para que nos acerquemos a ellos.

Durante todo un día escuchamos hermosos versos, tomamos té, hojeamos libros llenos de conocimiento. Catamos vinos al son de la música y versos. Abrimos nuestros sentidos a un mundo que se nos esconde entre agobios, prisas y estrés.

Nos introducimos en un sótano que pudo haber sido en otra época mazmorra, calabozo o taberna. Pero en el que ahora podemos escuchar y ver poemas contra un sistema antipoético mientras compartimos pastas y café. Nos animamos a alzar la voz y recogemos el corazón de un alma que nos lo entrega con pasión.

Nos adentramos en la intimidad de una escultora que ofrece su arte a nuestras manos para que creemos desde sus adentros.

Escuchamos cuentos que nos hacen soñar con un trozo de luz en nuestras manos mientras saboreamos a nuestra madre tierra.

O tomamos un té sentados en el suelo, al son de una cultura oriental que se contonea con erotismo y dulzura ante nuestros ojos.

Durante todo un día, en el casco viejo, una trapecista ha perdido su miedo a las alturas para acercarnos al arte, a la cultura.



Noviembre, de Achero Mañas

viernes, 13 de febrero de 2009

De egoísmos, muertes y otras cosas

Ojo, de Escher


Me cansa el egoísmo de la gente y el odio que habita en los corazones de gran parte del mundo. Incluido el mío, porque yo también formo parte de ese mundo. Me esfuerzo por entender por qué las personas se comportan así. Y entonces me veo a mí reflejada en ellos, y me asusta. Tengo miedo de mi propia imagen y de convertirme en lo que no quiero ser.

Cruzo el paso de cebra, tú conduces. Yo dudo, tú dudas. Yo tengo el semáforo verde y tú rojo. Sin embargo, los dos dudamos. Yo porque desconfío, tú porque sabes que no debes hacerlo. Pero lo haces y giras la cabeza. Quizá eso sea lo que más me molesta. Que no tengas el valor de mirarme a la cara, que gires la mirada para no verme, para no ver tu propio error. Cierras los ojos para mantener limpia tu conciencia, porque ”ojos que no ven, corazón que no siente”. Tu cobardía me parece despreciable. Y te odio por ello, y me odio a mí por odiarte.

Quiero gritar pero me callo. Quiero pegarte pero me freno. Quiero decir todo lo que pienso y siento, pero me coarto. Mi cuerpo ha reaccionado y yo no supe escucharle. Primero me avisó como un volcán antes de entrar en erupción, pero yo lo silencié. Después, mi epicentro explotó. Moriré, porque no quiero matar.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Pan y Rosas


Ken Loach nos muestra en esta película un mundo que últimamente abunda demasiado. En esta ocasión se trata de inmigrantes mexicanos que traspasan la frontera de EE.UU. en busca de una vida mejor. Allí les esperan sus familiares, aquellos que se adelantaron para conseguir un trabajo y, una vez asentados, pagan a mafiosos para que traigan a su hermana, a su marido, a su hijo... a los que previamente les han buscado un trabajo y sitio en el que vivir.

Éste es el caso de Maya, que pasa la frontera para ir a casa de Rosa, su hermana. Ésta le ha conseguido un trabajo en un bar, pero Maya quiere más. El trabajo en el bar es algo degradante para ella, una camarera que tiene que aguantar las impertinencias de los borrachos que acuden allí en busca de algo más que alcohol. Por ello le insiste a Rosa para que le consiga un puesto en la empresa de limpieza donde trabaja. Es el trabajo que todos los inmigrantes desean, porque es un trabajo respetable y les da para vivir. Pero dentro, las cosas no parecen tan bonitas.

Trabajan sin contrato, sin seguridad social, sin ningún tipo de derecho, pudiendo quedarse en la calle en cualquier momento y por cualquier motivo, o incluso sin motivo. Hasta que aparece Sam (Adrien Brody), un defensor de los trabajadores que se empeña en abrirles los ojos y hacer que se revelen contra la injusticia que viven. Pero no será tan fácil. A pesar de tener menos que nadie, tienen demasiado que perder. Si pierden el trabajo, pierden la vida. En muchos casos son familias que se alimentan con ese único sueldo y no pueden permitirse el perderlo. Miedo, miedo, demasiado miedo el que les inyecta su jefe y sus propios compañeros. No se atreven a alzarse. Pero Sam no se dará por vencido y con la ayuda de Maya conseguirán que todos se unan en una pelea por lo que les pertenece. Porque “queremos pan, pero también queremos rosas”.

Esta película está inspirada en la Campaña de Justicia para los Limpiadores, que pasaron de cobrar 12 dólares por hora en 1976 a cobrar 4 dólares por hora en el año 2000.

Ya basta de que nos metan el miedo en el cuerpo. Ya basta de amenazas y de falsas palabras. Estamos viendo cómo hay empresas que se aprovechan de la crisis para quitar derechos a sus trabajadores, para reducirles horarios y salarios, hacer despidos “baratos”, pedirles que trabajen más por menos, y todo ello de forma legal y amparados por el Gobierno. Basta de buitres carroñeros que en los peores momentos, lejos de ayudar, sobrevuelan los cuerpos debilitados esperando el momento para lanzarse sobre ellos.

“¡Queremos pan, pero también queremos rosas!”

domingo, 8 de febrero de 2009

Morir o matar

Morir o matar - Nacho Vegas

martes, 3 de febrero de 2009

El fantasma de la libertad

"Tu libertad solo es un fantasma"


El fantasma de la libertad - Luis Buñuel (1974)

lunes, 2 de febrero de 2009

End of all hope

Echaba de menos esto... Las cosas van a cambiar. It's the end of all hope.

Nightwish - End of all hope

Eso sí, con Tarja. Anette Olzon, la nueva vocalista, no le llega ni al tobillo.