"Continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos los huevos"
martes, 25 de diciembre de 2007
miércoles, 12 de diciembre de 2007
La insoportable levedad del ser
"El sábado y el domingo sintió la dulce levedad del ser, que se acercaba a él desde las profundidades del futuro. El lunes cayó sobre él un peso hasta entonces desconocido. Las toneladas de hierro de los tanques rusos no eran nada en comparación con aquel peso. No hay nada más pesado que la compasión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos".
Quique González - Rompeolas
viernes, 7 de diciembre de 2007
El Grito, Munch
Munch pintó varias versiones de este cuadro. Al fondo vemos el paisaje de la ciudad de Oslo, ciudad donde podemos encontrar la versión más famosa de este cuadro. Recibió duras críticas por él. Incluso se llegó a recomendar a las mujeres embarazadas que no lo miraran. El régimen nazista le calificó de degenerado y sus cuadros fueron retirados. La gente no quiere oír determinadas cosas. ¿Su grito no se oye o es que la gente no quiere oírlo?
jueves, 6 de diciembre de 2007
En picado, Nick Hornby
Está escrito en primera persona del singular por cada uno de los personajes. Sus diferentes puntos de vista, sentimientos y formas de hablar. Todos ellos se encuentran en lo alto del Toppers’ House en nochevieja con la intención de suicidarse.
Martín es un presentador de televisión que ha perdido a su mujer, sus hijas y su empleo tras haberse acostado con una quinceañera, con la consecuente condena de cárcel (“No tenía suficientes pros, y montones de motivos para saltar”).
Maureen es una mujer que ha dedicado toda su vida a cuidar de su hijo Matty, discapacitado (“Por favor conviérteme en una persona que quiere vivir, en ese tipo de persona que quizá está un poco chiflada. Una persona que pudiera decir: ‘Tengo derecho a algo más que esto. No a mucho más; sólo a algo que me hubiera bastado, en lugar de sólo a algo que no me basta. Porque por eso estoy aquí arriba: porque no ha habido nada que bastara para impedirme hacerlo’”).
Jess es una niña de 18 años, de buena familia aunque no lo parece por su forma de vestir, hablar y vivir (“Podías haber aparecido en esa fiesta como la persona más feliz de Londres, y a las doce y cinco te habrían entrado unas increíbles ganas de tirarte de la azotea del edificio. Y yo no era la persona más feliz de Londres. Obviamente”).
Y JJ es un pizzero americano y músico fracasado. El grupo en el que tocaba se disolvió y su novia le dejó. Así que de una tacada perdió el grupo, a su mejor amigo y a su novia, quedándose sólo, en un país que no es el suyo y trabajando como repartidor de pizzas (“Les conté a un par de personas lo de aquella noche, y lo raro del caso es que no les extrañó demasiado la parte del suicidio, pero sí la de las pizzas. A la mayoría de la gente le cabe en la cabeza el suicidio supongo [...] Querer morir parece una parte de estar vivo”).
Al encontrarse todos en lo alto del Toppers’ House descubrirán que realmente no quieren suicidarse, sino tener a alguien que esté como ellos para poder ayudarse y así salvarse.
Poco a poco irán aplazando la fecha final, formarán un grupo inseparable con la idea de apoyarse y afrontarán juntos nuevos conflictos. Sus vidas girarán y, aunque no mejoren, al menos han encontrado la forma de ir sobreviviendo (“[...] ha habido montones de veces en mi vida en que no he podido evitar que Matty me ocupase los sesenta minutos de una hora. No tenía otra cosa en que pensar. Últimamente tengo más cosas en la cabeza, gracias a los del grupo, y a las cosas que les han pasado en la vida”). Y es que “hasta en los malos momentos hay cosas que te hacen sentirte vivo”.
Todo esto está tratado con ese humor sarcástico y negro que caracteriza a las novelas de Nick Hornby. Un humor que, por cierto, me encanta..
El libro termina con una comparación de la vida con una noria: gira y gira y ellos se siguen poniendo plazos para que la noria siga girando (“¿Qué tal si nos damos otros seis meses, entonces? ¿Y vemos cómo nos va?”). Son personas que intentan sobrevivir.
“Nos quedamos mirando la gran noria durante largo rato, tratando de averiguarlo. No parecía moverse, pero seguro que se movía. Supongo”.
martes, 4 de diciembre de 2007
Más extraño que la ficción
“Si supieras que vas a morir, quizá pronto, ¿Qué harías?”
Un día, Harold comienza a escuchar una voz femenina que narra todos sus actos y sentimientos. Será entonces cuando descubra que forma parte de la última novela de la escritora Karen Eiffel, gran novelista de dramas y en cuyas historias siempre muere el protagonista.
Es una película sobre la ayuda desinteresada a los demás (“Pensé que si iba a hacer del mundo un lugar mejor, lo podría hacer con galletas”). Pero sobre todo, es una película sobre la LIBERTAD de vivir, dejando de lado los temores (“Harold hacía lo que antes le había aterrado” “Harold vivía su vida”). La libertad de vivir es liberarse (valga la redundancia) de nuestros temores, vergüenzas, condiciones... Afrontar nuestros sueños sin temer al fracaso; porque si no llevas la vida que quieres vivir es como si estuvieras muerto. (“Haz de tu vida la que siempre has querido que sea”).
Además, nos enseña como de esta manera todos podemos ser héroes. Rompiendo nuestros temores podemos hacer grandes cosas (“¿Te pusiste delante de un autobús para salvar a un muchacho? No tenía elección. Tenía que hacerlo”). Este es el tipo de personas a las que hay que salvar. Anna es un claro ejemplo. Es el personaje que menos miedos tiene. Hace aquello que quiere hacer sin temer las consecuencias y eso es precisamente lo que descoloca a Harold pero a la vez le enamora (“Escuche. Soy una gran aficionada a lo de arreglar baches y colocar columpios y montar refugios. ¡Es solo que no me entusiasma demasiado el porcentaje económico que nuestro gobierno destina a la defensa nacional, rescates corporativos y fondos de campaña discrecionales! Por eso no he pagado esos impuestos. Y creo recordar que adjunté una carta en ese sentido, a mi declaración.” “¿Se refiere a esta carta que empieza con: ‘Queridos cerdos imperialistas...’?”).
A lo largo de la película todos los personajes acaban haciendo pequeñas cosas para ayudarse a salvarse unos a otros. Incluso la propia escritora mejorará su vida al conocer a su personaje y descubrir lo que es capaz de hacer por ella. Y a su vez ella intentará ayudarle a él.
“Es la historia de un hombre que encuentra su vida justo antes de perderla” Zach Helm (guionista)