Los cuentos de los hermanos Grimm surgen recogiendo historias
antiguas transmitidas oralmente. Tras la invasión de Alemania por parte del ejército
Napoleónico, el nuevo gobierno alemán pretendió eliminar cualquier vestigio de
la cultura francesa en Alemania. Se utiliza entonces el libro de cuentos de los
Hermanos Grimm como reflejo de la cultura a lemana
en su más pura esencia. Ellos mismos se consideraban folcloristas patrióticos. Pero
para ello, aquellos cuentos que habían llegado de Francia, como El gato con
botas o Barba a zul, tuvieron que ser
eliminados en posteriores ediciones.
Estos cuentos no estaban dirigidos a un público infantil, por
lo que el tono de los mismos era, en ocasiones, de extrema dureza. En
Blancanieves, por ejemplo, se obliga a
la madrastra a bailar con unas
zapatillas de hierro ardiente al rojo vivo hasta caer muerta. Hansel y Gretel
cuenta la historia de una madre que abandona a
sus hijos en el bosque. No será hasta 1825, cuando aparezca una reedición de
estos cuentos con un tono más infantil.
Tras la Segunda
Guerra Mundial , los ingleses utilizaron
esta colección de cuentos como muestra de la maldad de los alemanes durante la
guerra.
Hoy celebramos el 200 aniversario de estos cuentos que, en su
versión original, mostraron unos valores de castigo, crueldad, machismo y
prejuicios. Unos cuentos que sirvieron para dar poder a una Alemania que
buscaba la fuerza y pureza de su cultura frente a otros países.