"¡Buenas tardes, Londres!
Permitid que, primero, me disculpe por la interrupción. Yo, como muchos de ustedes, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía. A mí, me gusta tanto como a vosotros. Pero con el espíritu de conmemorar los importantes acontecimientos del pasado (normalmente asociados con la muerte de alguien o el fin de alguna terrible y sangrienta batalla y que se celebran con unas encantadoras vacaciones), he pensado que podríamos celebrar este 5 de noviembre (un día que, lamentablemente, ya nadie recuerda) tomándonos 5 minutos de nuestra ajetreada vida para sentarnos y charlar un poco.
Hay, claro está, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que, en este momento, estarán dando órdenes por teléfono, y que hombres armados ya vienen en camino. ¿Por qué? Porque mientras pueda utilizarse la fuerza ¿para qué el diálogo? Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo tome significado y, para aquellos que escuchan, enuncian la verdad. Y la verdad es que en este país algo va muy mal ¿no es así? Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión. Y donde una vez teníais libertad para objetar, para pensar y decir lo que pensabais, ahora tenéis censores y sistemas de vigilancia exigiendo vuestra conformidad y solicitando vuestra sumisión. ¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable? Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros y tendrán que rendir cuentas. Pero, de nuevo, la verdad debe ser contada: si estáis buscando un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo.
Sé por qué lo hicisteis. Sé que estábais asustados. ¿Quién no lo estaría? Guerras, terror, enfermedades. Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper vuestra razón y robaros el sentido común. El temor pudo con vosotros y, presas del pánico, acudisteis al actual líder, Adam Sutler. Os prometió orden, os prometió paz; y todo cuanto os pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión. Anoche intenté poner fin a ese silencio. Anoche destruí el Old Bailey para recordar a este país lo que ha olvidado.
Hace más de cuatrocientos años un gran ciudadano deseó que el cinco de noviembre quedara grabado en nuestra memoria. Su esperanza era hacer recordar al mundo que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras; son metas alcanzables. Así que si no han visto nada; si los crímenes de este gobierno son ajenos a vosotros, entonces os sugiero que permitáis que el cinco de noviembre pase sin pena ni gloria. Pero si veis lo que yo veo, si sienten lo que yo siento y si persiguen lo que yo persigo, entonces, os pido que os unáis a mí, dentro de un año, ante las puertas del parlamento y, juntos, les daremos un cinco de noviembre que jamás, jamás podrá ser olvidado."
V de Vendetta