Pedro Guerra - Madurar el amor
"Necesitamos mirar de cerca la realidad y necesitamos escapar temporalmente de ella, y encontrar en las ficciones, donde satisfacemos esa huida, claves simbólicas que nos ayuden a entender lo que vemos al abrir los ojos, al apartarlos del libro, al salir de la sala de cine." Antonio Muñoz Molina
El autor y director Claudio Tolcachir (“La omisión de la familia Coleman”) puso ayer sobre las tablas del teatro Gayarre la obra “Tercer cuerpo (la historia de un intento absurdo)”, con la compañía Teatro Timbre 4.
En esta obra nos muestra cinco vidas llenas de miedo, soledad, incapacidad, desconocimiento de sí mismos y del que tienen al lado… pero con fuerzas para, a pesar de todo, seguir adelante, subiendo escaleras.
Sandra, Héctor y Moni trabajan en una oficina olvidada donde desarrollan tareas innecesarias. Llevan trabajando juntos muchos años, y sin embargo no se conocen en absoluto. Para Héctor y Moni, Sandra es una mujer independiente, fuerte, casada con un hombre mayor que ella. A lo largo de la obra, descubriremos que en realidad Sandra no está casada, su marido le abandonó, vive sola y frustrada por la incapacidad de poder tener un hijo a quien darle todo el amor que guarda dentro, y con quien compartir su vida. Moni es una mujer activa, optimista, que se preocupa por los demás, aunque se meta demasiado en la vida de gente que incluso no conoce. Un día, sus compañeros descubrirán que ha perdido su casa y está viviendo en la oficina porque no tiene donde ir (“Pero no pasa nada, estoy bien, esto solo es algo temporal, hasta que encuentre algo”). Héctor es un hombre reservado, con sus pequeñas extravagancias pero a las que sus compañeras intentan no darle importancia. Tras la muerte de su madre vive solo. A lo largo de la obra vemos cómo intenta conocer a alguien con quien compartir su vida, alguien capaz de quererle y aceptarle tal y como es. Cuando sus compañeras descubren que es gay, su primera reacción es sorprenderse de que no se lo hayan contado, cuando en realidad ninguna de ellas ha dado pie a una relación más intima que permita determinadas confidencias.
Manu y Sofía son una pareja rota. Sofía ama profundamente a Manu, tanto que no quiere ver la realidad; se desgarra, sufre e intenta con total desesperación mantener viva la relación. Manu, sin embargo, desprecia a Sofía, no la ama y, ante los intentos desesperados de Sofía por mantenerle unido a ella, opta por decírselo claramente. Sin embargo ella sigue sin asumirlo. Finalmente, Sofía acabará abriendo los ojos y descubriendo quién es Manu en realidad: alguien que ha estado ocultando su verdadera vida y sus verdaderos sentimientos.
“Cinco vidas, cinco deseos de amar, cinco personas incapaces.
Mientras tanto se vive, se trabaja, se intenta.
Miedo a no ser, miedo a que sepan quien soy.
Miedo e incapacidad.
La historia de querer y no saber qué hacer.
La historia de un intento absurdo.
Y subir las escaleras.
Y querer vivir cada día a pesar de todo.”
Estas cinco personas nos están hablando de la soledad y el abandono, de la necesidad de amar, de la imposibilidad de darse y recibir, de no saber quién es el otro y quién es uno mismo. En definitiva, de las vidas que nos rodean a diario y en las que no nos paramos a pensar.
“Te sorprende que otros pasen a tu lado y no sepan cuál es tu pena, tu cáncer secreto, cuando pasas junto a tantos y no sabes, ni te interesa cuál es la pena y el cáncer secreto de ellos. Hace tanto que comprendí que mi suerte es abrazar sombras”
Cesar Pavese.