El domingo se representó en la Casa de Cultura de Mutilva “Siempre Fiesta”, de la compañía Cuarta Pared.
Tras una reunión familiar por la cena de Nochebuena, la hermana pequeña cae sumida en una profunda depresión. Tras intentar diversos tratamientos, su marido descubre que la única solución visible es repetir la cena de Nochebuena. Sin embargo, este parche a la felicidad de su esposa acabará siendo la pesadilla de la familia, que se verá condenada a repetir esta cena noche tras noche, arruinando el negocio familiar y hasta la salud, tanto mental como física.
María, la hermana pequeña, irá destruyéndose poco a poco en busca de su felicidad, a la vez que irá destruyendo a su propia familia. Pero no es más que una falsa felicidad. Ninguno de los parientes se atreverá a decirle nada, a intentar profundizar en la depresión de la hermana pequeña, ninguno enfrentará el conflicto. Todos mantendrán la pantomima hasta puntos inimaginables. Solo un pequeño intento parece amenazar el parche de felicidad, pero solo eso, un vano intento.
Muchas veces no se mira el problema de frente por miedo a lo que nos pueda esperar. Y en consecuencia buscamos pequeños parches que nos hagan superar el día a día conviviendo con ese conflicto interno. Acabamos viviendo una falsa “felicidad” sin darnos cuenta de que la auténtica está detrás de todo eso y basta con escarbar la mentira en la que vivimos para descubrirla. No podemos forzar la felicidad, ni vivir una farsa pensando que así seremos felices. Porque al final viviremos atrapados en nuestro propio engaño.
Tras una reunión familiar por la cena de Nochebuena, la hermana pequeña cae sumida en una profunda depresión. Tras intentar diversos tratamientos, su marido descubre que la única solución visible es repetir la cena de Nochebuena. Sin embargo, este parche a la felicidad de su esposa acabará siendo la pesadilla de la familia, que se verá condenada a repetir esta cena noche tras noche, arruinando el negocio familiar y hasta la salud, tanto mental como física.
María, la hermana pequeña, irá destruyéndose poco a poco en busca de su felicidad, a la vez que irá destruyendo a su propia familia. Pero no es más que una falsa felicidad. Ninguno de los parientes se atreverá a decirle nada, a intentar profundizar en la depresión de la hermana pequeña, ninguno enfrentará el conflicto. Todos mantendrán la pantomima hasta puntos inimaginables. Solo un pequeño intento parece amenazar el parche de felicidad, pero solo eso, un vano intento.
Muchas veces no se mira el problema de frente por miedo a lo que nos pueda esperar. Y en consecuencia buscamos pequeños parches que nos hagan superar el día a día conviviendo con ese conflicto interno. Acabamos viviendo una falsa “felicidad” sin darnos cuenta de que la auténtica está detrás de todo eso y basta con escarbar la mentira en la que vivimos para descubrirla. No podemos forzar la felicidad, ni vivir una farsa pensando que así seremos felices. Porque al final viviremos atrapados en nuestro propio engaño.
No es casualidad que toda esta historia se enmarque dentro de la Navidad. Una fecha en la que todos debemos aparentar felicidad, a pesar de que fuera haya gente manifestándose por un trabajo, por un salario digno, por un trozo de pan... Fechas en las que se vive en la opulencia, al igual que esta familia que, incluso cuando ya no tienen dinero para sustentar ese nivel, siguen viviendo por encima de sus posibilidades.
3 comentarios:
hay que escarbar, pero muchísimo para llegar a ver la verdad; que es mil veces más hermosa que las mentiras que nos inventamos.
bso!
A veces hay que escarbar tanto que creo que me he quedado sin uñas :)
Un beso
quédate sin yo, como cuando contemplas la majestuosidad de un paisaje bellísimo.
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