Esta película, dirigida por Louis Malle, está protagonizada por Juliette Binoche y Jeremy Irons, dos actores que dan la talla en todo momento.
Nos cuenta la historia de Stephen Fleming, un ministro británico de prestigio, con una familia idílica, una mujer que le quiere, un hogar cálido, aunque en algún momento se le eche en cara frialdad y distancia. Stephen parece tenerlo todo. Un día, conoce a la novia de su hijo Martyn. Será entonces cuando se empiece a palpar la tragedia. Las penetrantes miradas que se cruzan Anna y Stephen dejan ver la pasión que late en sus corazones.
Stephen, que hasta entonces se ha mostrado como un hombre correcto y distante, empezará a actuar como un loco apasionado incapaz de refrenar su sed de Anna. Los dos mantienen una relación desenfrenada a escondidas de Martyn, y Stephen empezará a sentir la contradicción de saber que no está haciendo lo correcto, con el deseo irrefrenable de amar a Anna.
Stephen cree tenerlo todo bajo control: su vida, su trabajo, sus sentimientos. Sin embargo, cuando surge Anna, todo se desmorona y su vida da un giro de 180 grados. ¿Una persona aparentemente cabal es capaz de dejarse llevar por una pasión ciega e irracional que acabe llevándole a la desgracia? En el caso de Stephen así sucede. Sin embargo, ¿qué es lo que hace que te ciegues tanto como para no ver el final que te espera irremediablemente? En un momento de la película su mujer le pregunta si pensaba que podía seguir así toda su vida sin que nadie se enterara y él contesta que sí. ¿Realmente una persona es tan ingenua como para llegar a pensar que puede estar toda su vida con un deseo enfermizo por la mujer de su hijo sin que nadie se dé cuenta? ¿Realmente ese deseo enfermizo puede llegar a cegar tanto a alguien?
En la foto se refleja un momento que resume toda la película: los dos amantes desenfrenados tapándose los ojos el uno al otro para no ver lo que puede llegar a suceder al dejarse llevar. ¿Realmente no ven o es que su egoísmo es tal que no quieren ver?
En mi opinión, esta es la esencia más animal y primitiva del ser humano, que deja de lado su raciocinio para dejarse llevar por instintos animales sin importarle lo que ello conlleve. Pero ¿qué es lo que busca realmente Stephen en Anna? “¿Realmente quieres eso? ¿Quieres desayunar conmigo todas las mañanas? ¿quieres llegar a casa y verme leyendo el periódico? Dejarás a tu mujer para tener lo que ya tienes.”
Es una gran película, altamente recomendable, con unas interpretaciones magníficas de Juliette Binoche y Jeremy Irons, entre los que se puede respirar la carga pasional y la tragedia. Juliette Binoche es la actriz perfecta para el papel de Anna: una mujer triste, cargada de dolor, con una fuerte herida que le acompañará durante toda su vida. Su rostro muestra ese aire de nostalgia y dolor, que se compaginan a la perfección con sus miradas sensuales y cargadas de pasión.
Nos cuenta la historia de Stephen Fleming, un ministro británico de prestigio, con una familia idílica, una mujer que le quiere, un hogar cálido, aunque en algún momento se le eche en cara frialdad y distancia. Stephen parece tenerlo todo. Un día, conoce a la novia de su hijo Martyn. Será entonces cuando se empiece a palpar la tragedia. Las penetrantes miradas que se cruzan Anna y Stephen dejan ver la pasión que late en sus corazones.
Stephen, que hasta entonces se ha mostrado como un hombre correcto y distante, empezará a actuar como un loco apasionado incapaz de refrenar su sed de Anna. Los dos mantienen una relación desenfrenada a escondidas de Martyn, y Stephen empezará a sentir la contradicción de saber que no está haciendo lo correcto, con el deseo irrefrenable de amar a Anna.
Stephen cree tenerlo todo bajo control: su vida, su trabajo, sus sentimientos. Sin embargo, cuando surge Anna, todo se desmorona y su vida da un giro de 180 grados. ¿Una persona aparentemente cabal es capaz de dejarse llevar por una pasión ciega e irracional que acabe llevándole a la desgracia? En el caso de Stephen así sucede. Sin embargo, ¿qué es lo que hace que te ciegues tanto como para no ver el final que te espera irremediablemente? En un momento de la película su mujer le pregunta si pensaba que podía seguir así toda su vida sin que nadie se enterara y él contesta que sí. ¿Realmente una persona es tan ingenua como para llegar a pensar que puede estar toda su vida con un deseo enfermizo por la mujer de su hijo sin que nadie se dé cuenta? ¿Realmente ese deseo enfermizo puede llegar a cegar tanto a alguien?
En la foto se refleja un momento que resume toda la película: los dos amantes desenfrenados tapándose los ojos el uno al otro para no ver lo que puede llegar a suceder al dejarse llevar. ¿Realmente no ven o es que su egoísmo es tal que no quieren ver?
En mi opinión, esta es la esencia más animal y primitiva del ser humano, que deja de lado su raciocinio para dejarse llevar por instintos animales sin importarle lo que ello conlleve. Pero ¿qué es lo que busca realmente Stephen en Anna? “¿Realmente quieres eso? ¿Quieres desayunar conmigo todas las mañanas? ¿quieres llegar a casa y verme leyendo el periódico? Dejarás a tu mujer para tener lo que ya tienes.”
Es una gran película, altamente recomendable, con unas interpretaciones magníficas de Juliette Binoche y Jeremy Irons, entre los que se puede respirar la carga pasional y la tragedia. Juliette Binoche es la actriz perfecta para el papel de Anna: una mujer triste, cargada de dolor, con una fuerte herida que le acompañará durante toda su vida. Su rostro muestra ese aire de nostalgia y dolor, que se compaginan a la perfección con sus miradas sensuales y cargadas de pasión.
"Recuérdalo: la gente herida es peligrosa, sabe que puede sobrevivir"
2 comentarios:
Thabitha,me gustó muchísimo esta película.Para muestra,la entrada que le dediqué hace unos meses:
http://historias-troyanas.blogspot.com/2010/07/herida.html
bss
Me encanta tu entrada Troyana. Y de la película... sabía que me gustaría, era una apuesta segura con Juliette Binoche.
Saludos!
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