sábado, 3 de mayo de 2008

Laars y una chica de verdad

Lars y una chica de verdad está dirigida por Craig Gillespie y cuenta en el reparto con Ryan Gosling (‘Half Nelson’), Patricia Clarkson, Emily Mortimer, Kelli Garner o Paul Schneider .

Lars es un chico enormemente tímido y anti-social. Vive junto a su hermano y su cuñada, que están constantemente pendientes de él pensando que le pasa algo. Un día les presenta a su novia, una chica que conoce por internet y que ha venido al pueblo para quedarse con él. Felices de que Lars por fin haya encontrado el amor, se quedan de piedra al conocerla, ya que Bianca es una muñeca de plástico hecha a medida y comprada por internet.

A partir de entonces, y bajo las indicaciones de un médico, el hermano, la cuñada de Laars y el pueblo entero deberán fingir que Bianca es una chica de verdad.

Esta película nos demuestra cómo el amor y el cariño que sentimos por alguien pueden hacer que seamos capaces de cualquier cosa. El pueblo entero se entrega a la farsa, salen de compras con Bianca, le contratan en una tienda de ropa para que trabaje, se hace voluntaria con los niños, va a la peluquería a cortarse el pelo, hace amigos que están con ella constantemente. Pero solo Laars oye lo que Bianca dice, porque es él el que, en su mente, decide lo que Bianca dice, hace, piensa o siente. Así a lo largo de la relación comenzarán las discusiones, A Laars le surgirán las dudas.

Nos enseña cómo en una pareja, las discusiones absurdas surgen cuando uno de los dos ya no está seguro de la relación. La otra persona puede hacer algo que lo provoque o no hacer nada, pero la discusión estará ahí. Son excusas que se buscan para ir matando poco a poco esa relación. Laars decide cuándo discuten y lo decide porque en su corazón algo está cambiando.

Otra cuestión que plantea es: si una persona es feliz ¿importa el cómo? Laars antes de conocer a Bianca era una persona que no se relacionaba ni con su propio hermano, triste, apagado y que no hablaba. Pero desde que aparece Bianca, cambia por completo. Pasa todo el día con su hermano y su cuñada, se relaciona con la gente del trabajo, habla con ellos e incluso sale, sonríe y llora de felicidad. ¿Qué importa que sea con una muñeca, si ha encontrado la fórmula para ser feliz? ¿Quiénes somos nosotros para abrirle los ojos y romper ese sueño? Él solo busca una persona a la que amar y que no desaparezca, que no se muera y que no le haga daño al tocarle.

Laars y una chica de verdad’ fue nominada al mejor guión original, de Nancy Oliver, la misma guionista de ‘A dos metros bajo tierra’. Y no nos defrauda. Quizá no tiene todo el humor que uno se espera dado su argumento, pero consigue que algo extraordinario e increíble, nos resulte creíble. Nos involucramos en la historia enterneciéndonos, alegrándonos o entristeciéndonos cuando así lo hace el protagonista.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

La idea es muy buena, aunque igual se pasan con lo de guión "original"... qué diría Azcona desde ahí arribita cuando sepa que han versionado su "tamaño natural"; con lo bien que estaba Michel Piccoli.
El echarte una novia-juguete también tiene bastante de titiritero,no en plan humorista progre, si no a lo Cusack en John Malkovich; en el fondo es algo que busca mucha gente: ¿metáfora del/la calzonazos?
Salud laticil!

Thabitha dijo...

Sí, bueno, es cierto. Original, lo que se dice original, la idea no es. Pero el guión es bueno. ¿No te parece?
Y bueno, más que idea de calzonazos, que ahora que lo mencionas puede ser, yo creo que pretende reflejar los amores incomprendidos o no aceptados por el resto del mundo. No creo que trate el tema desde el punto de vista de novia-juguete.
Saludos Cosaco-latex!!

Anónimo dijo...

Algún día contaré mis pasiones por los madelmanes. Aquellos sí que eran hombres articulados preparados para la acción.